domingo, 17 de junio de 2012

Gracias D11oS


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VAMOS PINCHA CARAJO

Tremenda despedida de Verón de La Plata, con una fiesta y estas tres palabras. Muchos cantos y lágrimas de emoción: "Necesitaría ser Sábato para describir este momento. Seguiremos haciendo historia, como manda la historia".

Fue el gran protagonista de la noche. Claro, fue su despedida de La Plata, en su casa. Hubo cantos para Verón (37 años), camiseta especial de todo el equipo en su anteúltimo partido como jugador y en Estudiantes. Y hubo una caminata muy especial cuando fue reemplazado en el final: rumbo al banco, levantó uno de sus brazos y saludó a todos los hinchas. Y se sentó, y habló. Y posó con sus dos hijos. Y escuchó el "mire mire qué locura, mire mire qué emoción, ésta la famosa Bruja que vino a Estudiantes para ser campeón". También el "Olé, olé, olé, Bruja, Bruja", que resonó en toda la noche, fría. Se va Juan Sebastián pero su marca quedará para toda la vida del club, donde nació y donde se retira.
"Son muchos recuerdos, yo nací en este club. Obviamente que es un paso atrás en todo, acordarme de mucha gente, de muchas situaciones, muchos momentos. Lindos, duros, los que hacen a la carrera del futbolista", fue lo primero en decir Verón. Y contó que "cuando salí de la cancha pensé en mi vieja, mi viejo, mis abuelos, mis tíos, en toda mi familia. Mi señora, mis hijos, realmente en todos, amigos. Es algo que necesitaría ser Sábato para describir este momento". Empezó a lagrimear, emocionado, y dijo que "desde el sábado que lloro, es bueno emocionarse por estas cosas. Coincidiendo o no con todos, les digo gracias a todos".
Después, para ponerle cotillón a la fiesta por la despedida de Verón en La Plata, cayó una Bruja del cielo con una copa en sus manos. Y se la dio a la Bruja, que en su momento volvió al Pincha y ganó título y Libertadores, y que estuvo hasta cerca de ganarle al Barcelona. Y ya con buzo y la copa entre sus manos, rodeado de sus afectos, de su mujer Florencia, de sus hijos, de mamá y papá, siguió disfrutando de su despedida. Le entregaron la 11, firmada por todos, también estuvieron Sabella y Pico Mónaco, bien cerca. Emoción pura en la despedida de un grande del fútbol una fiesta grande para el ídolo Pincha.
Se hizo larga la despedida, ideal. Con más llanto, con más emoción, con la Bruja hablándole a corazón abierto a la gente, que interrumpía con un "la Bruja no se va, la Bruja no se va". Dijo: "Gracias a todos, gracias a mi familia, gracias a mis hijos. Los quiero mucho (a puro llanto). Los queremos mucho y seguiremos haciendo historia como manda la historia". Y el ídolo dejó este final inolvidable, a lo Bielsa cuando fue campeón con Newell's: "Vamos Pincha carajo".

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